Y cómo no, despedimos y abrimos el año en nuestro medio favorito, ¡los barrancos!.

El escenario elegido fue el minúsculo pueblo de Escuaín, en las puertas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, donde pasamos un fin de año muy especial.

El 31 nos despedimos del 2006 descendiendo por el barranco Lugar -seco- hasta llegar a su cuenca principal, la Garganta de Escuaín. Pudimos evitar toda esta garganta hasta llegar de nuevo al pueblo por una faja en su margen derecho tomando una antigua senda ya perdida y que hace falta conocer.

La noche vieja la pasamos en el refugio, sin luz pero muy acalorado por nuestro buen humor y por el fuego que también nos permitió preparar las delicatessen.

Las buenas condiciones atmosféricas permitieron hacer aun más especial esta experiencia, así que los que prefirieron, vivaquearon a la luz de la luna.

Al día siguiente, continuamos con nuestra marxeta, así pués algunos prefirieron pasear tranquilamente por el Cañón de Añisclo. Los más osados nos subimos al pueblo de Fanlo, Patrimonio de la Humanidad, para descender Las Gloces.

Sin duda, una refrescante y activa forma de empezar 2007. ¡Hasta el año que viene!